En octubre de este año, el mangaka Berliac presentó en Crack Bang Boom la edición nacional de una obra arriesgada y profunda que logra captar al lector desde la primera viñeta y cumple a la perfección el objetivo exploratorio y de ruptura que se propone.

El libro nos cuenta la historia de Sadbøi, un joven migrante devenido a delincuente que no termina de encajar en una sociedad que pretende (de forma constante y a través de todos los medios) de imponerle una identidad que no siente como propia y ante la cual intentará imponer su propia identidad, construida y reconstruida a lo largo de toda la historia.

Lo que Berliac logra a la perfección es una empatía directa con un personaje que en ningún momento busca empatizar con el lector. Al igual que hace el protagonista, la obra nos permite apropiarnos de una identidad que no nos corresponde y nos obliga a preguntarnos permanentemente acerca de nosotros mismos, de nuestras construcciones y de lo que nos fue o no impuesto a lo largo de toda nuestra vida.